Hubiera sido preferible despedir abril alegremente como se merece. Un mes perfecto y temperamental con su simpática inestabilidad juega sin asustarse. Prepara la vida, la ensaya como un chico revoltoso, sacando su asilvestrada energía.
Análogo comportamiento a un vino joven, atolondrado... mostrando esferas que emergen hacia la superficie, y sin hundirse desaparecen.
Se cierra abril, se despide.. Siento que no haya podido intuir demasiadas sonrisas, las de verdad, las que salen de adentro.
¡Otra vez será!, a la próxima... por nada del mundo me lo pierdo.
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