6 jun 2009

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Poemas de Jorge Luis Borges

LA LUNA

A María Kodama

Hay tanta soledad en ese oro.

La luna de las noches no es la luna

que vio el primer Adán. Los largos siglos

de la vigilia humana la han colmado

de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.

***

La Luna (1)


Cuenta la historia que en aquel pasado

Tiempo en que sucedieron tantas cosas reales,

y dudosas, un hombre concibió el desmesurado

Proyecto de cifrar el universo

un libro y con ímpetu infinito

Erigió el alto y arduo manuscrito

limó y declamó el último verso.

Gracias iba a rendir a la fortuna

Cuando al alzar los ojos vio un bruñido

Disco en el aire y comprendió, aturdido,

Que se había olvidado de la luna.

La historia que he narrado aunque fingida,

Bien puede figurar el maleficio

De cuantos ejercemos el oficio

De cambiar en palabras nuestra vida.

Siempre se pierde lo esencial.

Es una Ley de toda palabra sobre el numen.

No la sabrá eludir este resumen

De mi largo comercio con la luna.

No sé dónde la vi por vez primera,

Si en el cielo anterior de la doctrina

Del griego o en la tarde que declina

Sobre el patio del pozo y de la higuera.

Según se sabe, esta mudable vida

Puede, entre tantas cosas, ser muy bella

Y hubo así alguna tarde en que con ella

Te miramos, oh luna compartida.

Más que las lunas de las noches puedo

Recordar las del verso: la hechizada

Dragon moon que da horror a la balada

Y la luna sangrienta de Quevedo.

De otra luna de sangre y de escarlata

Habló Juan en su libro de feroces

Prodigios y de júbilos atroces;

Otras más claras lunas hay de plata.

Pitágoras con sangre (narra una tradición)

escribía en un espejo. Y los hombres leían el reflejo

En aquel otro espejo que es la luna.

De hierro hay una selva donde mora

El alto lobo cuya extraña suerte

Es derribar la luna y darle muerte

Cuando enrojezca el mar la última aurora.

(Esto el Norte profético lo sabe

Y tan bien que ese día los abiertos

Mares del mundo infestará la nave

Que se hace con las uñas de los muertos.)

Cuando, en Ginebra o Zürich, la fortuna

Quiso que yo también fuera poeta,

Me impuse, como todos, la secreta

obligación de definir la luna.

Con una suerte de estudiosa pena

Agotaba modestas variaciones,

Bajo el vivo temor de que Lugones

Ya hubiera usado el ámbar o la arena,

De lejano marfil, de humo, de fría

Nieve fueron las lunas que alumbraron

Versos que ciertamente no lograron

El arduo honor de la tipografía.

Pensaba que el poeta es aquel hombre

Que, como el rojo Adán del Paraíso,

Impone a cada cosa su preciso

Y verdadero y no sabido nombre,

Ariosto me enseñó que en la dudosa

Luna moran los sueños, lo inasible,

El tiempo que se pierde, lo posible

o lo imposible, que es la misma cosa.

De la Diana triforme Apolodro

Me dejo divisar la sombra mágica;

Hugo me dio una hoz que era de oro,

Y un irlandés, su negra luna trágica.

Y, mientras yo sondeaba aquella mina

De las lunas de la mitología,

Ahí estaba, a la vuelta de la esquina,

La luna celestial de cada día

Sé que entre todas las palabras, una

Hay para recordarla o figurarla.

El secreto, a mi ver, está en usarla

Con humildad. Es la palabra luna.

Ya no me atrevo a macular

su pura aparición con una imagen vana;

La veo indescifrable y cotidiana

Y más allá de mi literatura.

Sé que la luna o la palabra luna

Es una letra que fue creada para

La compleja escritura de esa rara

Cosa que somos, numerosa y una.

Es uno de los símbolos que al hombre

Da el hado o el azar para que un día

De exaltación gloriosa o de agonía

Pueda escribir su verdadero nombre.

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Jorge Luis Borges


10 comentarios:

Luna Azul dijo...

Esta luna azul, que va a decir de esta poesía, me quedo con la luna que alumbra versos, con la luna donde moran los sueños.
Me gusta contemplarla y por eso mi nombre es luna.
Un besote MUACKSSSS

Flor dijo...

Luna - fuente de luz que inspira.

Jorge Ángel Aussel dijo...

Sin dudas Borges es un gran escritor. Y lo demuestra en sus poemas, en cada uno de sus textos, aunque a veces no sea sencillo comprenderlo.

Te envío mis saludos desde Ángel Poético.

Jorge Ángel Aussel dijo...

Lola:

Muchas gracias por comentar en mi entrada de Ángel Poético y aportar con tu opinión a mi reflexión con la que, por otra parte, estoy totalmente de acuerdo.

Saludos.

La sonrisa de Hiperion dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
La sonrisa de Hiperion dijo...

"Sé que entre todas las palabras, una

Hay para recordarla o figurarla.

El secreto, a mi ver, está en usarla

Con humildad. Es la palabra luna."


Que preciosos versos los tuyos. Hoy me has enganchado de una manera muy especial.

Saludos y un abrazo enorme.

Carlos Acevedo dijo...

Hola Lola

Te escribo para invitarte a www.philosophiareformata.com y comentarte que el ensayo "El estudio de la Opinión" que publicó Mikel Bruno en su blog es de mi autoría. Espero que puedas visitar el sitio y escuches el podcast semanal. Un saludo!

Alada dijo...

He visitado y leido la página, me parece muy interesante, lo leere con detenimiento. Muchas gracias Carlos, por dejar la dirección.
Saludos

La sonrisa de Hiperion dijo...

Encantador poema. Es un placer pasar por tu espacio y encontrar estas cositas...

Saludos y un abrazo enorme.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Paso este domingo ya casi de noche... como siempre, siempre me encuentro alguna maravilla en forma de letras.

Saludos y un abrazo.